“Era a Rosa y no a su hermana Gertrudis, que siempre salía de casa con ella, a quien ceñían aquellas ansiosas miradas que les enderezaba Ramiro. O por lo menos, así lo creían ambos, Ramiro y Rosa, al atraerse el uno al otro. Formaban las dos hermanas, siempre juntas, aunque no por eso unidas siempre, una pareja al parecer indisoluble, y como un solo valor.” La senmorta laboro de Miguel de Unamuno, La Tía Tula, en sia originala lingvo...
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